Descubriendo a  Syringa a través de María Hernández-Cremades, su creadora...

"Su devoción por la moda, por el calzado y por la generación de nuevas tendencias"

               

María, ¿cómo surge la relación con el calzado?

Dicen que todos estamos influenciados por nuestro destino, en mi caso, la huella de la tradición y la genética ha sido espectacularmente impactantes.

En 1962 mi abuela María, con la que comparto nombre además de un gran vínculo,  comenzó a vender zapatos en el ultramarino de su padre.  La situación no era fácil, pero con gran tesón  y apostando por la calidad y el diseño hizo que más que un negocio, el calzado se convirtiera en un estilo de vida. 

Esa profesionalidad, supo transmitírsela a su hijo, Mi Padre, creando un nuevo concepto de negocio en años: diseño, control sobre la fabricación y  asesoramiento sobre El  Zapato.

La vinculación con el calzado español se mantiene generación tras generación hasta nuestros días.

¿Cómo surge este proyecto?

 "Es mi ilusión, mi sueño"

Antes de que yo existiera, el zapato ya estaba presente en mi. Al final, como no podía ser de otra manera, he caído en la adorable tentación. Dentro de mí, hay una fuerza imposible de frenar… El diseño, las calidades y la satisfacción de crear un buen zapato circula por mis venas. 

Estando en contacto con colaboradores, diseñadores y fabricantes nacionales se han agudizado mis ganas de aportar ilusiones e ideas, energías y conocimientos a este sector tan apasionante y tan castigado en los últimos años, debido a la globalización y las copias de diseños españoles.

Es fundamental para mí, la colaboración con diseñadores noveles, que impulsan la tendencia de lo personal frente a lo impersonal.          

Mi objetivo es, aparte de facilitar acceso a zapatos exclusivos y de alta calidad de fabricación española, el apostar por la cooperación y  sinergias en el mundo de la moda. Potenciar  los productos hechos según la necesidad del cliente, dejando atrás la idea de que sea el cliente el que se adapte a lo que el mercado o a lo que la moda le impone, interactuando con la comunidad.  

¿Qué es Syringa?

Es la fusión, de conocimiento y libertad. Es la base del inicio de una aventura empresarial cuya misión desarrolla la armonía, la  belleza natural, la fusión entre lo silvestre y aventurero, potenciando las fortalezas del calzado español como máxima.

He rescatado el nombre de una flor, reconocida popularmente como “La Lila”, debido a que representa la singularidad de nuestras colecciones.

Esta flor, nace estratégicamente en los lugares más selectos.  Destaca, debido a sus atributos: color, olor, texturas… Los tallos de esta flor poseen una gran dureza, siendo fiel reflejo de los tacones, su consistencia y resistencia frente a la delicadeza de su aspecto, del resto de materiales.

Fusiona la delicadeza con la fortaleza, requisitos que, en mi opinión, que representan las características femeninas.

La convivencia con otras plantas, refleja el interés en la colaboración para el desarrollo y la experiencia en armonía.

La syringa - flor nace y se desarrolla con la sabiduría de la naturaleza, dotándola para tener las características y valores determinantes. En el caso de este proyecto,  estos valores  los determina  la contribución de los fabricantes españoles con el know how, las técnicas y controles que han hecho que el sector se mantenga durante siglos como referente a nivel mundial.

¿Qué aporta Syringa?

Los materiales y procesos son únicamente nacionales.

La excelencia, exquisitez, la elegancia innata que nos aportan, nuestro interés por fomentar la industria y colaboración nacional  de calidad, exclusividad, diseño, comodidad y  tendencia, del trabajo artesanal que tiene el zapato español como esa  Flor Silvestre que destaca entre todas las demás.

La relevante altura de sus muestras empatiza con la comodidad  de sus pieles, hormas y calces. 

Las colecciones de Syringa serán tan accesibles como un click, gracias a la tecnología que nos permite llegar a más, generando sinergias con diseñadores de ropa y complementos como la syringa con otras flores cohabitan en los más selectos lugares.

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